Sus investigaciones sobre cómo se forma y destruye la capa de ozono,
un manto de gas que rodea al planeta Tierra y lo protege de la
radiación ultravioleta emitida por el sol, hicieron del científico Mario Molina ganador del Premio Nobel de Química en 1995.
El anuncio del galardón, el tercero concedido a un mexicano, fue
publicado por la Real Academia Sueca de Ciencias hace exactamente 15
años, el 11 de octubre de 1995. En él se informaba de que Molina, el
holandés Paul Crutzen y el estadounidense F. Sherwood Rowland
eran laureados por haber mostrado que la capa de ozono es muy sensible a
la emisión de ciertos compuestos químicos generados por los seres
humanos.
"Al explicar los mecanismos químicos que afectan a la delgadez de la
capa, los tres investigadores han contribuido a salvarnos de un problema
ambiental que podría tener consecuencias catastróficas", indicaba el
mensaje.
Las investigaciones de Molina y Rowland, en particular, determinaron que los clorofluorocarbonos son una amenaza para la capa de ozono. Estos compuestos, también conocidos como CFC o freones, se encuentran en los aerosoles, en los aires acondicionados y en los sistemas de refrigeración.
De acuerdo con la academia, estos hallazgos revelaron la conexión de la
actividad humana con el ozono y el clima, pues la destrucción de la
capa alrededor de la Tierra permitiría la entrada de radiaciones
peligrosas para la vida y, al mismo tiempo, la concentración de este gas
en la atmósfera aumenta la temperatura global.
Molina nació en 1943 en la Ciudad de México, donde estudió ingeniería
química en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Después
cursó posgrados en las universidades de Friburgo, Alemania y Berkeley,
California, de acuerdo con un perfil publicado por el Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, una institución creada en 2004.
"Sin duda, los estudios del doctor Mario Molina sobre la sustancias
químicas destructoras de la capa de ozono han sido fundamentales para
entender el alcance de los impactos de las actividades humanas en la
salud de la atmósfera", dijo a CNNMéxico la directora de la organización
ambientalista Greenpeace México, Patricia Arendar.
La activista señaló que el Premio Nobel entregado al científico "tuvo
una incidencia fundamental" en la búsqueda de tratados para proteger la
capa de ozono, reducir la emisión de gases de efecto invernadero y "evitar un cambio climático catastrófico".
http://mexico.cnn.com/entretenimiento/2010/10/11/mario-molina-la-capa-de-ozono-y-el-cambio-climatico